Conclusiones clave de la investigación:
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Para que las terneras reciban la cantidad de calostro acorde a su peso, se les debe dar una cantidad de calostro equivalente al 8.5% de su peso al nacer.
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La alimentación con leche de transición además del calostro no dará como resultado un aumento adicional de la IgG en suero, pero podría tener un impacto positivo en la salud de la ternera.
La cantidad óptima de calostro para las terneras depende del peso de la ternera
Los productores de leche saben que, asegurarse de que las terneras recién nacidas alcancen la cantidad adecuada de concentración de inmunoglobulina G (IgG) en la sangre, es esencial para que tengan una inmunidad adecuada contra las enfermedades durante las primeras semanas de vida, mientras se desarrolla su propio sistema inmunológico. Sin embargo, tan pronto como nace una ternera, la capacidad de absorber IgG disminuye y cesa por completo para cuando hayan transcurrido 24 horas[1]. Como sabemos, es esencial que las terneras recién nacidas alcancen al menos 10 mg/ml de IgG en suero para que la transferencia de inmunidad pasiva sea exitosa. Pero, ¿cómo vamos a asegurarnos de que las terneras consuman y absorban suficiente cantidad de calostro en el plazo adecuado para ser óptimamente efectivos? Investigadores del Centro de Investigación e Innovación Teagasc, Animal & Grassland en Cork, Irlanda, y de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Dublín llevaron a cabo un extenso estudio de 10 semanas[2] que evaluó varios factores.
Diseño del estudio
En lugar de utilizar un programa de alimentación con una cantidad fija de calostro para alimentar a las terneras justo después del nacimiento, los investigadores suministraron el calostro en función de diferentes porcentajes de peso corporal (PC). Para hacer esto, dividieron 99 terneras de leche en tres grupos inmediatamente después de nacer: aquellas alimentadas con una cantidad de calostro igual al 7%, 8.5% o 10% de su peso corporal al nacer. La alimentación tuvo lugar dentro de las primeras dos horas de vida. Luego dividieron los tres grupos en un total de nueve, con 1/3 de cada uno de los grupos PC que recibieron cero, dos o cuatro alimentaciones posteriores de leche de transición, para ver si esto también tenía un efecto sobre la IgG en suero o afectó positivamente su salud de cualquier manera. Los investigadores midieron los niveles de IgG en suero a las 24, 48, 72 y 642 horas de edad y asignaron puntuación en función de la salud a las terneras dos veces por semana durante todo el estudio.
Efectos positivos de alimentar 8.5% del peso corporal en calostro y efectos positivos de alimentar leche de transición
Los terneros en el grupo de calostro PC al 8,5% tenían la mayor IgG sérica media a las 24 horas de vida con 39,1 g de IgG/L, mientras que el grupo PC al 7% tenía 30,3 g de IgG/L y el grupo 10% PC tenía 31,2 g de IgG/L . Si bien todos los niveles de IgG en suero disminuyeron a las 48 horas de vida y disminuyeron aún más en 72 horas de vida, el grupo de 8.5% de peso corporal aún mantuvo los niveles más altos. Y, mientras que a las 642 horas de vida, el grupo de 8.5% PC todavía tenía una IgG sérica media más alta que el grupo de 7%, en esa etapa no hubo diferencia entre su nivel de anticuerpos IgG y el del grupo de 10% PC.
La alimentación con leche de transición no tuvo un efecto significativo en el nivel de IgG en suero, pero tuvo algunos efectos positivos en los puntajes de salud. Resulta que las terneras que recibieron alguna cantidad de leche de transición (a diferencia de las que no recibieron leche de transición) tendieron a tener menos probabilidades de tener una puntuación de salud ocular/auditivo pobre y una puntuación de salud nasal pobre.
Una nueva forma de calcular la cantidad correcta de calostro a suministrar
Suministrar la cantidad correcta de calostro y hacerlo rápidamente después del nacimiento es la clave para la transferencia de inmunidad pasiva adecuada para las terneras recién nacidas. El suministro de una cantidad de calostro igual al 8,5% del peso corporal de una ternera en las primeras dos horas de vida ayudó a las terneras a alcanzar una mayor concentración de IgG en suero en esos primeros días críticos. Y, aunque la alimentación con leche de transición no parece afectar los niveles de IgG en suero, sí parece mejorar la salud general. Estos hallazgos pueden ser la clave para comprender qué programa de alimentación de terneras recién nacidas logra los mejores niveles de IgG en suero y, por lo tanto, mejores resultados para la salud general de las terneras.
Referencias
[1] Weaver, D. M., J. W. Tyler, D. C. VanMetre, D. E. Hostetler, and G. M. Barrington. 2000. Passive transfer of colostral immunoglobulins in calves. J. Vet. Intern. Med. 14:569–577.*
[2] Conneely, M, Berry, D. P, Murphy, J.P, Lorenz, I ,Doherty, M.L and E. Kennedy, Effect of feeding colostrum at different volumes and subsequent number of transition milk feeds on the serum immunoglobulin IG concentration and health status of dairy calves J. Dairy Sci. 97 :6991–7000.*